En un boletín anterior exploré algunas ideas sobre la naturaleza ilusoria del tiempo lineal y cómo las vidas pasadas y futuras en realidad suceden al mismo tiempo. A partir de eso, surge una pregunta: ¿cómo podemos usar esto para ayudarnos a vivir en un mejor equilibrio?
Un área en torno a esto en la que quiero centrarme es la «repetición». Creo que es cierto decir que la segunda vez que experimentamos algo rara vez es tan emocionante como la primera. Por mucho que nos esforcemos, simplemente no produce la misma emoción. Podemos probar una versión más cara o más emocionante, pero la magia de la primera vez se ha ido. Es muy difícil replicar esa sensación inicial de alegría, de novedad, por mucho que lo intentemos.
Creo que hay una razón para esto. Nuestras almas están aquí para la experiencia, pero viven en el tiempo eterno, así que una vez que algo ha sucedido, se queda con nosotros. Nuestras almas simplemente no están interesadas en repetir la misma sensación porque ya están viviendo en ella, pueden acceder a ella en cualquier momento. Ese primer beso… Esas vacaciones maravillosas… ese primer paseo en bicicleta… están sucediendo todo el tiempo en el Espíritu.
La única parte de nosotros que busca volver a experimentar un placer es la parte humana que vive en el tiempo lineal. Esa parte de nosotros siente que, una vez que algo ha sucedido, se acabó y, por lo tanto, se perdió. Si fue bueno, entonces deberíamos tratar de encontrarlo de nuevo.
Esto significa que, al perseguir el recuerdo, lo estamos haciendo sin una inversión total o el apoyo de nuestra alma. Nuestra alma quiere algo nuevo.
Creo que hay regalos dentro del proceso del tiempo lineal si lo permitimos fluir con gracia. Nos permite estar constantemente en movimiento, moviéndonos a través de las diversas estaciones y ciclos de la vida con todas sus nuevas oportunidades.
Esto todavía permite estructuras y algunos pilares de estabilidad, pero estos deberían sostenernos, como un guardián amoroso, y no constreñirnos a la rigidez o la repetición.
Nuestros cuerpos también nos ayudan a través de la forma en que las células se replican. Si nos gustan las experiencias cargadas de adrenalina, nuestras células se regeneran con más sitios receptores para la adrenalina, lo que significa que se necesita cada vez más emoción para generar la misma sensación. Lo mismo se aplica al azúcar, las comidas picantes, las drogas, prácticamente cualquier experiencia, por lo que se nos está mostrando el costo cada vez mayor de tratar de encontrar la felicidad a través de la repetición.
Demasiado de lo mismo, ya sean alimentos o experiencias, puede hacer que nos sintamos mal o insatisfechos. La ciencia ahora está reconociendo esto con nuestro microbioma, que la diversidad de bacterias buenas a través de una dieta saludable y variada es clave para nuestra salud mental y física. Hay un mensaje en eso.
Esto debería alentarnos a buscar nuevas expresiones de amor, nuevos matices, en lugar de intentar recrear lo que ya «pasó». Si podemos dominar esto, sabiendo que todas nuestras experiencias pueden ser accedidas para siempre de todos modos, si lo deseamos, entonces ya no necesitamos perseguir la vida. No necesitamos quedar atrapados en la codicia, la adrenalina, la adicción o la repetición. Podemos abrazar cada nuevo momento sabiendo que nada anterior se pierde para nosotros.
Quiero terminar volviendo al punto donde realmente surgió la inspiración para este boletín, las palabras de la letra de mi canción favorita, escrita para Whitney Houston por Albert Hammond y John Bettis. Tal vez puedas leer este breve extracto con una perspectiva nueva…
«Quiero un momento en el tiempo
Cuando sea más de lo que pensé que podría ser
Cuando todos mis sueños estén a un latido de distancia
Y las respuestas dependan de mí
Dame un momento en el tiempo
Cuando esté compitiendo con el destino
Y en ese único momento del tiempo
Sentiré
Sentiré la eternidad»
Con amor
Andrew